Este artículo ha sido traducido voluntariamente por Kalylle Isse, miembro de la Comunidad de Traductores Elos. Leia em português aqui.
“Hoy, una de las formas en que hago mi trabajo”, comienza Samuel Emílio, que integró el programa Guerreros Sin Armas en 2017, “es siempre preguntarme si lo que voy a hacer añade salud a ese sistema”.
Por salud, el ingeniero de profesión y transformador del mundo por precisión, entiende aquel movimiento rumbo al futuro que nosotros necesitamos y merecemos. “Si agrega salud, al menos no está causando daño a nadie. Eso ya es un comienzo”. Para Samuel, cuidado es atención y celo a quien está al lado. A los sueños de esas personas, también.
Hoy, él está en la Imaginable Futures, una empresa global de inversión filantrópica centrada en el aprendizaje. Pero sus maneras de mover positivamente las estructuras no cabrían en una hoja. Uno de los comienzos fue con Frei Davi, en Educafro, hace un par de años. Se puso a disposición para apoyar estrategias en la lucha antirracista del proyecto. Desde entonces, no se ha detenido: se convirtió en fellow de organizaciones como ProLíder, RAPS, RenovaBR y Arym. Coordinó nacionalmente el Movimento Acredito e incluso buscó ocupar la política institucional, cuando fue candidato. El Norte es el mismo, no importa la estrategia que adopte: construir una sociedad radicalmente mejor que hoy para todas las formas de ser y estar por aquí. Una sociedad radicalmente antirracista.
Aunque sea muy joven, Samuel ya sabe muchas cosas. Una de ellas es así: “Siempre es mucho trabajo cuando alguien no está involucrado en la construcción de una solución, cuando llega al medio y nadie explica lo que está sucediendo, a dónde se está yendo”. Defiende que debemos estar atentos a quien llega, alimentar todo su potencial y contribuciones.
Poco después del bárbaro asesinato de George Floyd en Estados Unidos, Samuel trajo al mundo el Diário Antirracista. Cuenta que aquellas escenas aterradoras hicieron vueltas en su cabeza por días, un dolor inmenso en el pecho. Revela que pocas experiencias fueron tan dolorosas, pocas experiencias le movieron el piso así. Fue corriendo, para pensar mejor, que surgió la idea de una jornada de contenidos que fuera una especie de puerta de entrada para quien sintió lo mismo, viendo lo que vio: una mezcla de odio, frustración y dolor.
Durante 30 días, quien firmó su lista de transmisión aprendió más sobre cómo comprometerse en la construcción de una sociedad antirracista. Aprendió más sobre cuál es nuestro papel, de todas las personas, para que escenas como esa nunca vuelvan a suceder. Eligió apuntar posibilidades de camino. La iniciativa se volvió viral, mucha gente se acercó más por ella.
“El cuidado es importante, ya que ayuda a integrar más rápido, a disminuir las objeciones para seguir adelante juntos. Cuando nos damos cuenta de que las cosas están siendo cuidadas, podemos converger”, llama la atención.
En la disputa política, Samuel aprendió algo poderoso que llevará a la vida. Sirve bien para este momento. Al postularse, percibió que dos grupos de personas se aproximaban: las que deseaban que él ganara y las que esperaban que el proyecto que él llevaba, avanzara. Son cosas diferentes, defiende.
“El primer grupo se sentiría feliz con mi victoria, sin importar lo que yo hiciera con aquel cargo que pasaría a ocupar. Ya el segundo quería ver determinadas ideas y banderas ocupando los espacios de poder y decisión. Para el segundo, yo era una más entre la gente que haría que eso sucediera”, explica.
Para Samuel, es importante centrarse en la segunda forma de pensar. Es sobre esa forma de pensar, defiende, que tendremos avances reales de cambios. Cuando no personalizamos los deseos y expectativas, pero entendemos que vamos a necesitar de todo el mundo, y de mucha más gente, para lograr algo colectivamente. Cada uno con su contribución.
Añadir salud al sistema. Es posible que ese sea el mensaje principal de toda esta conversación. Cuál es nuestra manera de agregar salud al mundo que está ahí, a este mundo que está siendo. Y que puede ser transformado, por lo tanto. Samuel nos pide una mirada especial de atención al cuidar de quien llega, y quiere contribuir; a quien llega, y no sabe lo que está sucediendo; a quien llega, y tal vez no sepa bien qué hacer primero, pero sabe que necesita hacer algo.
Es como si todos y todas estuviéramos alrededor del planeta tierra. Y él fuera una gran maqueta.